RETRANSMISIONES DESDE EL POBLADO (PARTE I): LA VÍA VERDE Y LA OPERACIÓN BIKINI.

Queridos adoradores de las babas:

Llevaba mucho tiempo sin manifestarme bajo mi nombre (como sabréis, si habéis leído atentamente, he hijoputeado bastante en las últimas entradas de Cobacho y Lara) y  ya me iba apeteciendo dar rienda suelta al venenillo que me corre por las venas jejejeje.

Hoy voy a hablaros de la Vía Verde (si no sabeís lo que es una de dos, o estais gordos o sois ‘pijhosdegimnasioh’) y la operación bikini que comienzan, sin éxito, muchos lucentinos los lunes de cada semana.

Yo, asidua de este maravilloso camino rodeado de naturaleza, naves, ‘charlets’ y antenas de alta tensión, vengo observando de un tiempo a esta parte que los lunes dicha vía parece las piscinas del Poli un domingo de agosto. Muchas son las personas, sobre todo mujeres y jubiletas, equipadas hasta las cejas para caminar con el principal objetivo de bajar los kilos de más, como si de un milagro se tratara, para entrar en el bañador del año 2000 y, ya de paso, en el traje de la comunión del niño que es mú bonito, que se vuelve a llevar y que me costó mú caro (a todo esto,  el niño tiene ya 20 años por la parte más corta).

Con el paso de los días vamos viendo las bajas:

-Los martes no veo ná (estoy en Radio Lucena, de 10 a 11, por si quieres escucharlo ;-D)

-Los miércoles ya se ve la falta de culigordis (sin ánimo de ofender), pero aún queda algún valiente madrugador que, con mucho esfuerzo y más despacio que el lunes, hace su ruta, ya a la vuelta se pasa por el mercadillo

-Los jueves parece que han ensanchado la vía, pero hacia las 10 se ve alguna gente aún, con trabajo, madrugan menos y se pasean por allí, para no perder el ritmo.

-Pero los viernes… ¡¡¡AAAA eso ya es otra cosa!!!! ¡Ausencia total de personalidades por esos lares! Las agujetas, el “bueno, tampoco me gusta tanto ese bañador, ya me compro otro más mono” o “me duele la rodilla, me he lesionado de tanto andar” se terminan de cobrar las últimas víctimas de la semana.

Llega de nuevo el lunes y, por supuesto, vuelta a empezar.


En la próxima entrega os hablaré de los abuelillos autóctonos de dicho medio (muy diferentes de sus vecinos de la Nueva Nueva Plaza Nueva) y las perlas que sueltan cuando te ven, no tienen desperdicio.

Experimento babosil en "La Orillita del Río"

Una vez ingeridos los mililitros necesarios para nuestra misión, y tras haber calentado nuestros motores HS (Hijoputismo Sorayiano) nos disponemos a estudiar los especis, espexe, especímenes (escupiendo entre medias) existentes en nuestra querida y nunca suficientemente alabada Lucena (je je je).

Primero: quitemos el perdigón de la pantalla.

Segundo: pongamos, por poner un poner, que el lugar en el cuál se realizará el estudio se llama: La Orillita del Río. Y ponemos por poner este poner POR NO DAR NOMBRES QUE EMPIEZAN POR RI-, Y ACABAN POR -VERA. Que podríamos haber dado nombres, po' sí, que no lo hacemos, po' también.

En pos de la ciencia, y como paso imprescindible, intentamos entrar en este pub bajo peligro de convertirnos en algo que no somos, adquiriendo cualidades y características nada relacionadas con nuestra esencia de ser, corriendo el riesgo de salir de allí siendo algo que no somos: pijohs luhsentinohs deseando que llegue la semana santa y el día de la vihgen d'arahseli

Mardá:  hay que esperá cola pa' entrá. Y lo malo es que el mamón de Cobacho lleva sudadera. Esperamos un rato. Mientras tanto, nuestro informal amigo que sale con sudaderas en sábado noche, tiene un dèja vu y un flashback en la cola. ¿De qué era? Pues no me acuerdo, no lo apunté en el momento y las lagunas de esa noche emborronan partes que sólo Soraya puede recordar.

Como de costumbre, nuestro primer paso para acceder al local objeto de estudio es poner cara de no repudio la fauna existente dentro de este local, la de persona agradable, responsable y razonable y, por supuesto, la cara que nunca sabe poner bien Comich: no voy borracho.

Conseguido, con suerte el portero con acento del este europeo no se ha fijado en el facepalm de Isra al ver que Comich intenta sonreír con cara de tejuroquenamáquematomaouna fallando estripitosamente, para no variar, y logramos entrar en el colorido antro de refinada decoración y música reguetoniana.

Tras pasar el vestíbulo de independencia de cristal, Cobacho se pierde mirando un culo, y después por poco se cae escribiendo esto en el móvil. Ardua tarea la de realizar estudios científicos y tomar notas en un smartphone de pantalla resquebrajada mientras aún está fermentando en su estómago la levadura de La Cobacha (cerveza realizada por Jezú, Isra y, cómo no, nuestro intrépido, guapete y soltero científico cervecero).

Lo primero que notamos es una gran conglomeración de un sector de la población lucentina incapaz de relacionar zona de baile con bailar (gran razonamiento). Observamos que la gran mayoría no ha superado la ESO (pero por la edad, no es que pensemos que sean tontos).
La pose de la población objeto de estudio es la conocida como "El Playmobil" (o clí pa' los lectores gaditanos): sólo permite un leve movimiento de cadera con cubata en mano.

Sigue la noche, cada vez nos adentramos más en el pensamiento y sentir de nuestras cobayas de laboratorio. Poco a poco nos atrevemos a bailar como ellos, a movernos como ellos, y ¡aaargh! ¡¡nos encontramos con Povedilla!! Sora quiere hacerle una entrevista, pero los hermanos Cobacho se niegan rotundamente, no puede ser Povedilla: no lleva gafas.

La noche se desarrolla sin más incidentes que las caídas de ciertas féminas resultantes del babeo incesante de Comich.

Anotaciones del expermiento: 
- Olor corporal.
- Isra es un soso que no quiere bailar y además nos lo impide a nosotros con un "palmas no".
- A ciertas horas sólo quedan depredadores, o como diría Arza: competencia.
- El dj es una puta mierda.
- Y la música tambien.
- Los hermanos Cobacho, no pudiendo soportar más la tortura, solicitan terminar con el experimento, pero Soraya quiere escuchar la música pese a la mediocridad de su bailar.
- Finalmente el Dj vuelve a hacer una demostración de su habilidad al tocadiscos y de su gran repertorio de reguetón ochentero (existe, en este bar existe) y música electrónica deprimente, y convence a Soraya para abandonar el local.

Conclusión: cuando Cobacho bebe no sabe ponerse una sudadera bien y acaba metiendo las manos en los bolsillos que, misteriosamente, están en la espalda.
Colorario: azul azabache, negro manchón.
Teorema: Si te encuentras con Povedilla por Lucena, no lo entrevistes, no es él.


(Este experimento no tiene como objetivo el de insultar a nadie, ni el de ridiculizar las creencias, formas de bailar, de divertirse o de peerse en lugares públicos de nadie. En caso de sentirte molesto con alguna parte de esta entrada, antes de cagarse en los muertos, madre, padre o tutor de alguno de nuestros componentes, recuerde que ellos no tienen la culpa de que seamos así de gilipollas. Si desea realizar algún comentario hiriente o insulto, rogamos sea usted original y nada ordinario, no se conforme con un ordinario "queosfollen" o "tuputamadre". Entre todos podemos crear un mundo lleno de insultos con ingenio e imaginación.)

Equiteta de los Óscar Mayer con Queso Fundido por dentro

¡Pero bueno! ¿Qué cojones pasa aquí? ¿Estáis todos locos? ¿Cómo se os ocurre aparecer de esta guisa? ¡¡Que esto es una cosa seria joder!!

Vamos a ver, chicos. Me parece genial, fantástico, maravilloso, es más, me parece de putísima madre, que hayáis decidido ir todos del mismo color, al fin y al cabo es lo que la etiqueta exige. Podríais abriros al menos un botoncito de la chaqueta o del frac para dejar entrever la pechera de la camisa blanca, joder, ¡que ya estamos en primavera, os vais a asfixiar hombre! ¿Cómo, que es excusable? sí, que vale, que os habéis manchado con el canapé de gambas al pil-pil, tened más cuidado la próxima vez de no comer como putos cerdos durante el catering.

Noto quizás la falta de pajaritas en vuestra indumentaria, pero con ese cuello de camisa tipo band collar sería totalmente innecesaria y obviable, así que os lo perdono. Si dejáseis de hacer el tonto en las fotos, sería ya de puta madre, ¿o no os dais cuenta que los selfies estúpidos sólo valen para estrellazas de los Óscar? Menuda panda de pardillos y tontopollas, dios. No sé para qué coño me meto en estos berenjenales.

Chicas, vosotras...vosotras no tenéis solución alguna. La ocasión os brinda la oportunidad de elegir un vestido de entre mil millones de colores (los que vosotras sois capaces de diferenciar en contraposición a los hombres), de mil millones de formas: con vuelos, más anchos, con largos desde el tobillo hasta no por encima de la rodilla; e ¡incluso os dejan elegir si recogeros el pelo o llevarlo largo! Pero no, vosotras no, teníais que ser tan... cómo decirlo, ¿encefalogramaplano? No, se queda corto... tan... tan... Belén Esteban. Sí, eso es, sois tan Belén Esteban que os habéis puesto de acuerdo en ir todas con TRAJE DE PANTALÓN, muy ajustado por cierto, del mismo color que los hombres, tras haber pasado por la peluqería de Raquel Mosquera como mucho, y ¡sin ningún tipo de joya que adorne vuestro puto cuello!

¿Pero en qué coño estábais pensando? Sí, hija sí, en el vuestro, que algunas ni siquiera os lo habéis depilado para la ocasión, y no quiero nombrar a nadie, ¿eh, Rosita? Al menos podrías haberte puesto las bragas del color de tu nombre por debajo del pantalón, so furcia. Cuando vayamos a una fiesta de disfraces con temática de Superman te aviso, guapa, pero hoy no, ¡HOY NO!

Por cierto Anita, que estés ahí a la izquierda agazapada detrás de las demás no te libra, ¿quién te ha diseñado esa mierda de corsé a rayas? ¿el nuevo sastre de Del Nido y Bárcenas? Maldita sea tu estampa, podrías al menos haberte puesto unos taconcitos a juego, por favor, que esas zapatillas se dejan de vender para personas de más de 5 años. Y las gafas de sol... ¡bah, paso ya!

Mira, que os den polculo a todos. Yo os hago la foto y os vais de nuevo a comer como tertulianos de Sálvame a las 6 de la tarde.

Sonreíd al menos, hijos de puta.



Lo que fuimos, lo que somos.

Tengo una amiga que se llama Marta (un beso para ella) y es opositora, sí, de esas personas que terminan la carrera y siguen estudiando como si se les fuera la vida en ello porque no tienen más remedio. Porque para conseguir lo que ella quiere, le toca perderse muchas cosas, pero lo conseguirá.
Pues ella ayer me recomendó escuchar Stupid girls, de Pink, la canción trata sobre las típicas niñas tontas que se conforman con ir vestidas súper guay y llamar la atención de los tíos, frente a la indignación que eso provoca, porque no debemos ser eso, sino luchar, por decir aquí estoy y yo soy esto y es lo que hay.

Pues eso un poco como ella, o como muchas otras chicas y así enlazo con Nur, Mire y Sarita, tres señoritas norteñas que también son de armas tomar, es más, últimamente son los chicos los que las tratan de impresionar, con un bote de Nutella, vistiéndose modernitos o llamando su atención porque se han cortado con un cuchillo. (Otra pena)

Estábamos guasapeando cuando nos hemos puesto a recordar a Xuxa, la de la típica canción de "Ilarilarie oh, oh, oh" que si no conocéis debéis marchaos a llorar mucho, y las canciones de la infancia, como La reina Berenguela, A Atocha va una niña, Debajo un botón...etc., pero todo esto con sus notas de voz, cantado, qué os creéis, si lo hacemos, lo hacemos bien.
Ya que estábamos se me había ocurrido que podía rejuvenecer del todo unos 20 años y preguntar a qué jugábamos cuando éramos pequeñas.

Jugábamos al escondite, a las barbies (y no tenemos traumas con que fueran delgadísimas, pero si querríamos tener su nivel de vida posiblemente), a los pin y pon, a la comba y a la goma elástica, a los coches, a los action man, a los coches teledirigidos, a los tazos, teníamos cromos de panini, veíamos pelis de Disney en panchito y en español normal nos suenan raro, jugábamos con lo que había, los zumos vacíos eran pelotas, se cogían animales y si te caías te levantabas o te peleabas si te habían tirado, y si el bocadillo se cae, te lo comes que hay hambre.

Veíamos el show de Xuxa, las gárgolas, Barrio Sésamo, Delphi, Punky Brewster, Oliver y Benji, Spiderman, Padres forzosos, Blossom, las gemelas de Sweet Valley, Salvados por la Campana, D'artacán y los tres mosqueperros,las Tortugas Ninjas, Capitán Planeta, Nada es para siempre, los Power Rangers, vimos Farmacia de guardia, los Trotamúsicos, los Fruitis, David el gnomo, los Pitufos, Sabrina, Cosas de Casa, Willy Fog, Érase una vez...

En definitiva, no teníamos Internet, ni videoconsolas, ni maquinitas de ningún tipo, las series no eran muy violentas, más bien chorras y aún nos sabemos miles de canciones, nos han dado collejas y nos han castigado y aquí seguimos, vivas.

¿Qué relación tiene lo primero con todo esto?

Pues que al fin y al cabo somos lo que vemos, oímos y hacemos, o lo que vimos, escuchamos e hicimos, y no quiere decir que no nos guste ponernos guapas (más), cuidarnos y no busquemos hombres (o mujeres) con quienes compartir nuestra vida, pero vivimos para nosotras, que es lo que hemos aprendido; y ahora quizás todo esté tergiversando un poco y la gente esté empezando a vivir para los demás, para gustar, buscando estereotipos y dejando de conocerse a sí misma.

Claro que habrá chicas tontas de nuestra generación, y chicas con las ideas muy claras de otras más avanzadas, pero eso es lo que tenemos que seguir haciendo, no dejarnos llevar por la gran basura social que hay hoy, y ser solo nosotras.

PD: esto también va para mis compañeras de blog.
PD2: también va para los hombres, pero por la inspiración me ha salido una entrada en femenino.