Borracheras épicas

Bien es sabido por los lectores que no destacamos por nuestra salud. Al menos es sabido que no ponemos nada de nuestra parte.
Se conoce también que nos encanta la dopamina y la endorfina que libera el alcohol en nuestro cerebro, sin darnos cuenta de cómo otros neurotransmisores inhiben nuestros reflejos (entre otras muchas cosas).
Pues bien, ahí va la última...

El viernes salí, en principio, a tomar unas cervezas.

       - Hola, Cruzcampo. Sabía que nos veríamos esta noche..
       - Vengo con un amigo...
       - Jaggermeister... ¡Cuánto tiempo!

Y así fue como empezó todo. Mi gran amigo Jaggermeister siempre está conmigo en las épicas, pero también suele jugarme malas pasadas. Me alegré de verlo, a pesar de todo. 

Entre las 4 y las 5 de la mañana, la lié un tanto. Aunque como no es el detalle más importante, lo omitiré en este relato. Lo importante es lo que viene ahora. Llegué a casa media hora después. 

Hasta aquí todo normal, pero evidentemente fui a hacer pis. Salgo del baño, camino por el pasillo, a oscuras, trato de atravesar el salón, veo una puerta, la aparto, ella por sí misma rebota contra una silla estratégicamente colocada detrás de sí, y... Se estampa contra mi nariz. O me estampo yo, según se mire. Duele, oh sí, duele mucho. Me acaricio suavemente la dolorida nariz y al entrar en mi habitación me veo la mano, roja. Las gotazas cayendo tres o cuatro bits por segundo. Jesús me mira, sentado en la cama. Lo miro. Me pican los ojos, las lagrimas caen ahora entre gota y gota de sangre. Os lo juro, me puse histérica. Espectáculo de algodones y agua oxigenada, loca llorica y hombre realmente guapo limpiando sangre del suelo. Lo de que es guapo es importante, lo juro, aunque parezca que no, porque aunque sea nerviosa, no pueda estarme quieta, y prácticamente me busque la mala suerte, el hombre guapo siempre me cuida, y es lo que me llevo de esta historia.

Noticias Breves: de nuestra maldad a tus manos.

A nuestra más que demostrada labor social, Kilo the Babas ha querido sumar un plus informativo. Noticias breves para no aburrir, pequeñas cápsulas de actualidad para toda la familia:

-Licenciada en turismo prepara ruta romántica en la montaña Tibinabo.

-Informático lucentino fabrica brazo robótico totalmente operativo: "Yo qué jé, yo solo quería que alguien me diese los Doritos mientras juego al LoL" ha declarado Arturo.

-Las Autoridades Sanitarias advierten de que la exposición continuada a factores Nuriológicos provoca risa tonta, lentitud captativa, y algo de pavo.

-Finalmente Jesús abandona sus estudios de cocina para dedicarse de lleno a la fabricación y venta de pelucas. Se va a enterar de lo que vale un peine.

-Gracias al double blue check sabemos que nuestra corresponsal en el norte europeo, Eva, se está haciendo la sueca.

-Recientes estudios de la Universidad de Massachussets prueban que, efectivamente, Perico sigue vivo.

-Tres meses han pasado desde que Israel se hiciese canario. Sigue cantando mal.

-Profesora de teatro busca políticos: “quiero que mis alumnos aprendan de auténticos profesionales” ha declarado Lara.

-Última hora: finalmente, y con un apretado resultado 52% a 48%, Soraya no ha sido elegida para representar a Sofía de Grecia en el casting de la serie El Rey.

-Like Pulgarcito: Eva se encuentra en la barriga del buey, donde llueve y no se moja

-Hallada en la Playa de la Victoria lo que parece ser una anaconda kilométrica. El cuerpo del reptil llega hasta la casa de Jesús, según informan fuentes oficiales.

-Israel se proclama campeón del XI Certamen Matemático de la polaca ciudad de Szczecin (¡Jesús!) en la sección de “Cálculos de Riñón”.

-Última hora: Cobacho se ha sumado a la moda running porque, según ha dicho él mismo, “el que no recorre no se corre”.

-Verídico: la asistencia a clase de Arturo ha aumentado en un 100% en el último mes. En otro orden de cosas, el 100% de 0 sigue siendo 0.

-Irene es nombrada nueva jefa protocolaria del Casino: “Las cartas sobre la mesa, los codos no” fueron sus primeras declaraciones.

-“La vuelta al mundo por esta tía”, la nueva obra autobiográfica de Núria.

-Soraya lanza al mercado textil su nueva línea de sujetadores “Truco o teta”.

-Ante la tentativa de un nuevo look capilar, la melena de Lara se ha declarado en huelga: “De seguir así, se le va a caer el pelo” ha declarado el flequillo.

-Cobacho escribe mini-libro: “Para una persona de mi tamaño es el equivalente a los Pilares de la Tierra”.



Está en el horno un castigo de colosales dimensiones, uno con el que los Nazis quedarán como hermanitas de la Caridad, Guantámano querrá que le demos clases de maldad, y Rajoy nos requerirá para su nuevo Gabinete de Gobierno.
Estamos hablando (chan chan chaaaaaaaaaaaaaaaaaaan): ¡¡¡¡¡¡¡¡DEL CASTIGO DEL RETO!!!!!!!!!



Me paso la vida pensando en mis cosas raras, lo sé.

Llevo mucho tiempo sin aparecer por aquí, y tal vez tenga algo que ver con lo que estoy a punto de escribir. No quiero que esteis de acuerdo ni que no lo esteis. Es, tan solo, una de tantas formas de "verlo".

El tiempo pasa, la verdad es que escribimos muchas de entradas que hablan de eso (se ve que nos preocupa a todos por igual), y ya no es sólo que no seamos los mismos que antes, sino que nada lo es. 
Lo que yo vengo notando desde hace cierto tiempo, es que el universo se equilibra. Hace años pensaba que había personas que no me gustaban nada (no hablo de asesinos o degenerados, sino de gente normal), no me caían bien y sólo podía pensar cosas malas. Por otro lado había personas que yo consideraba maravillosas, estupendas, únicas... La cosa cambia. Ahora no veo tanta diferencia. Las frases "en el fondo yo también he sido alguna vez así de gilipollas" o "es buena gente pero no es para tanto" son casi el pan que desayuno cada día.

Veo que la gente es tan solo gente, que lucha de la forma que cree mejor para conseguir sus metas. Pueden equivocarse, pero... ¿Quien no se ha equivocado? Pueden volver a equivocarse, pero... ¿Qué mas da, si son felices? Qué más me da a mi.
Tampoco creo que haya gente sumamente maravillosa. No hay semidioses, musas ni héroes. O nos entendemos, o no nos entendemos. O bien, hemos coincidido en un lugar y momento determinados. No creo que haya mucho más... Para mí eres lo más importante del mundo y para mi vecina eres un grano en el culo. Así es la vida.

Me ha pasado lo mismo de siempre, me he puesto a escribir y ahora ya no sé ni siquiera qué es lo que quería contar, así que bueno, ¡que cada uno se lo tome como quiera!

De la transcendencia universal de la comunicación profunda (o Cómo una conversación de Whatsapp acaba convertida en entrada)

“Puedo escribir y no disimular
es la ventaja de irse haciendo viejo”

A esta conclusión llegué ayer en una charla nocturna con algún/alguna amigx por Whatsapp de cuyo nombre no quiero acordarme que permanecerá en el anonimato (por aquello de la protección de la fuente y tal).

Caprichos de la vida, o un subconsciente muy puñetero, me han llevado a escuchar esta maravillosa canción, y recordar toda esa conversación, de Fito & Fitipaldis.

Y es que resulta que en plena “Era de la Comunicación” (la de la Información quedó atrás hace tiempo ya, o eso creo) hablamos con todo el mundo menos con nosotros mismos  (quizá por ello surgen tal cantidad de blogs, no sé). Esos ratitos que teníamos para nosotros mismos se han convertido en ratitos para hablar con tus amigos “los que están lejos”, para leer chistes malos en los grupos de Whatsapp (sí Cobacho, esto va por ti) o  para ver vídeos de gatitos (que aunque son una cucada, seamos sinceros, no aportan nada productivo a nuestra vida).

Ya no nos escuchamos y, como no nos escuchamos, nos tenemos que leer, que estamos más familiarizados con eso al parecer. La cuestión es que al escribir en un sitio personal, o al hacerlo a cierta edad, - o puede que sea solo por la coyuntura personal que en un momento determinado te precipita a ello -, te sinceras contigo mismx y con el mundo, sin disimular.

Y descansas.

Y aprendes.


Y, lo peor de todo, le coges el gustillo, aunque eso no signifique dejar de leer los chistes malos.




¿Qué tres cosas te llevarías a una isla desierta?

No contestéis. No aún. Antes me gustaría divagar un poco.

Veréis, siempre he pensado que nunca nos tomamos en serio esa pregunta. Como casi todo en la vida, para qué negarlo. Pero no nos desviemos tan pronto, sigamos con la pregunta en cuestión. Cuando nos la hacen, noto que salta un resorte en nuestra mente con el cartel "No te preocupes, nunca vas a acabar en una isla desierta, di cualquier gilipollez graciosa para ligarte al espécimen que tienes en frente". Y vuela la imaginación: que si un pack de cervezas bien frías, que si una caja de condones "por si acaso, jejeje", que si a Belén Esteban para practicar el canibalismo y así asegurarme unos meses de existencia... bueno, mirándolo en perspectiva, de las tres, la última de ellas es la idea menos descabellada. Sí, que habría que solucionar un par de aspectos sobre la conservación de su carne. ¿Cómo, el dilema moral de matar a una persona para tu propio beneficio? No nos pongamos así, anda, que es Belén Esteban.

A lo que iba. De ser un estudio realmente sociológico y/u/o psicológico, todos catearíamos a la primera (si es que un "examen" de esta índole se pudiese suspender). Bueno sí, se supone que este tipo de cuestiones son estudios para medir ciertos aspectos de nuestra sociedad y nuestro comportamiento, y para ver lo ingeniosos que son en el sur en comparación a los del norte; pero a mí nunca me lo han planteado como tal, sino como una pregunta para romper el hielo antes de darme mi primer cate en el colegio, o aquella vez, por ejemplo, que me quedé dormido en las prácticas de electrometría de la universidad y el profesor de monótona voz me avasalló a preguntas sobre hipotéticos casos en los que me veía abandonado y solitario, y en los que, extrañamente, en ninguno de ellos me era útil la electrometría.

Si desde un primer momento me hubieran hecho esta pregunta con el más mínimo atisbo de conocer mis inquietudes, mis fantasías, mis pensamientos sobre la vacua existencia que nos rodea, o si querían saber si soy más de montaña o de playa, pues les habría contestado que de playa. Y respecto a los tres objetos, no sé: una navaja, para cortar cosas. Cortar cosas mola. Y los otros dos... una libreta y algo para anotar. Sí, no estaría mal, total, en algún momento el desasosiego de la soledad y el instinto de supervivencia se harán a un lado para dejar paso a la necesidad de hacerme una paja. Si dibujo unas tetas será más fácil.

Y vosotros, ¿qué os llevaríais a una isla desierta?

Never say goodbye to it

Una pequeña brisa,
algo que aparece sin avisar
y desaparece igual de rápido,
pero no para siempre,
pues cuando menos lo esperas,
algo mueve de nuevo tu pelo,
te acaricia el corazón
y te saca una sonrisa.

Esa sonrisa que apenas se ve,
que nadie logra observar,
porque no aparece en los labios,
sino en el corazón.
Y todo por sentirla de nuevo cerca.

Ahora toca despedirse,
la brisa se marcha,
pero NUNCA LE DIGAS ADIÓS,
ahora otros disfrutaran de la alegría que ella aporta.
Dile hasta pronto,
pues volverá,
volverá cual viento impredecible,
volverá alegrándonos y haciéndonos sonreír.

Por eso, ¡hasta pronto brisa!
Q.T.V.B.E.

Cosas de la vida (I)

Veréis, antes de creerme poeta y escribir nada más que no me jodas al amor, solía escribir pamplinas varias e intentos de risa en mi blog personal. Tenía un par de etiquetas con las que clasificarlas, estaban las Cosas de la Vida, y Grandes inventos de la historia. Sí, esta puede ser la primera vez que se utiliza la expresión "un par" para referirse a dos y no a una cantidad superior de algo, pero juro que ha sido sin querer. Bueno, que aquí va una de Cosas de la vida:

Pues bueno, como pájaro que pía, pero no dice pío (¿pronuncian los pájaros la P?), escuché a una vaca el otro día por la calle mugir sin decir ni mú.
Bueno, algo sí que dijo. Venía a decir la susodicha que hay que ver la juventud de hoy en día, que no piensan más que en el folleteo que te veo, que tralarí tralará, que por delante y por detrás. Estos niños de hoy en día, que sólo levantan la vista de la pantallita para verle el culo a las niñas de hoy en día, que están más salías que el pico de una plancha, y ¿dónde vas con esas tetas niña? que parece que estás en posición supina con las rodillas en la barbilla.

Como chico bien educado que soy, no me quedó otra que meterme en la conversación ajena. Señora, no me sea usted derrotista, que las familias de 5 a 9 hijos eran las de su generación, no de la nuestra.

Y giróse la mujer de canosos cabellos y papada prominente, con aire de como me digas algo más te doy un pescozón (porque los pescozones los dan las viejas, las de antes, ahora eso ya ni existe) con todo el anillo de punta escarlata mirando para la palma de la mano que te vas a estar rascando tres generaciones y media. Cuando vio la cara de tonto que tengo le di pena, y sonriendo como la abuela que te da un billete de 5 € por debajo de la cadera, y por detrás, cual magnate traficante de metanfetamina, para que tu madre no se entere, me dijo así: Bueno, ¿...y qué? Antes no teníamos televisión. Algo habría que hacer, ¿digono?

Y nada,  me tuve que reir sin que ella se diera mucha cuenta. Cosas de la viuda.

La mezcla explosiva.

Hay muchas cosas que dicen que no se pueden mezclar: la familia y el dinero, el amor y los negocios y, cómo no, las relaciones y las amistades. Pero, ¿por qué?

Piénsalo un momento, ¿qué te impide realmente tener como amig@ a un ex, rollo o accidente?

Es más, si la gente que está en pareja arregla sus problemas con sexo, ¿por qué cuando es en sentido contrario todo se estropea? No tiene ningún sentido, es más, debería ser al contrario, debería haber mucha más confianza para decir las cosas, total, ya no hay secretos.

La gente se complica la existencia tontamente.

Ahora vendrá el listo de turno y dirá: 
“es que los sentimientos…” 
¿Qué sentimientos? Primero, puede que ni si quiera los haya, en ese caso, es como empezar de cero y, llamadme rara, pero si te has podido acostar con una persona, dudo mucho que no te caiga lo suficientemente bien como para tomar un café, salvo que tengas algún tipo de adicción al sexo, en ese caso mejor visita a un terapeuta.

Segundo, en caso de que sí que los haya, da igual que sea por una o las dos partes, ¿qué? Todos hemos pasado alguna vez por algún amig@ que se nos cuelga de otro (quizá nosotros mismos hayamos sido protagonistas de eso) y hemos estado todos juntos, como si nada, hasta que se ha pasado ese cuelgue ¿se ha acabado el mundo? No.

Ahora vendrá otro listo: 
“es que el tiempo…”
Nada, pamplinas. Esto es igual que un resfriado: lo vas a pasar en una semana si no tomas nada (en este caso, si no ves a esa persona) o en siete días si te medicas (manteniendo el contacto).


Entonces, ¿qué ocurre? Pues fácil, la humanidad es imbécil. Y punto.

Beer or not to be. There isn't any question.

Las mieles del deseo tienen un nombre
y tienen un color, que casualidades
de los ingredientes, es ambarino
como la miel.

Las mieles del deseo te dejan
marca en los labios, en el
bigote, y un amargo sabor
al tragar.

Las mieles del deseo me desean,
sí que lo hacen, no podría yo
profesarles este deseo que adentro llevo
si el sentimiento no fuera recíproco.

Las mieles del deseo se sirven frías,
unas más que otras, y a ser posible
en vaso de cristal.

Pero sobretodo, las mieles del deseo,
tanto esta que describo, como otras,
son mucho mejor en compañía.

¿Y si Orfeo hubiese tenido una segunda oportunidad?

“Al morir su amada, tocó las canciones más tristes, haciendo llorar a ninfas y dioses. Éstos le convencieron para que bajara al inframundo a rescatar a Eurídice, ablandando con su música a Hades y Perséfone. Los reyes de los infiernos le pusieron una sola condición: no volverse a mirarla hasta que Eurídice no hubiera sido completamente bañada por los rayos del sol. Fue débil y la perdió”.

Los griegos eran muy inteligentes, con sus mitos enseñaban a los más pequeños los valores que, en ese momento, debían mostrar como hombres y mujeres de bien. En este caso era la fortaleza, la obediencia a los dioses y, por qué no, la confianza.

Orfeo, por amor, y justo en el último momento, justo antes de tener a su amor con él de nuevo, no confió, perdiéndola con ello para siempre.

A pesar de la antigüedad del relato, la realidad es que ocurre muy a menudo: nos equivocamos, metemos la pata y perdemos, es un hecho. Sin embargo, ¿aprendemos?

Después de equivocarnos, queriendo o sin querer, admitiendo nuestro error o no, siempre siempre siempre pedimos otra oportunidad pero ¿la aprovecharíamos? ¿O seríamos capaces de meter la pata otra vez? Es decir, casi siempre que nos equivocamos, sabemos que no lo estamos haciendo bien, y aun así seguimos (y a quien no le haya pasado alguna vez que levante la mano), como Orfeo.


Supongo que, si la respuesta fuese sencilla, estas cosas no ocurrirían tan a menudo, igual ni siquiera Orfeo habría perdido a Eurídice una segunda vez, simplemente confiaríamos, afrontaríamos ciertos riesgos hasta sus últimas consecuencias, aunque eso supusiera tener de frente nuestro mayor miedo, ese que, en la realidad, nos hace mirar a lo prohibido y, al final, perder.

Complejo sueño de Morfeo.

Era una habitación bastante grande para las pocas velas que lo iluminaban, en el centro de la sala, iluminado por uno de los 6 cirios que había, se distinguía un mostrador de no más de 3 pasos de ancho, en el que un hombre cabizbajo estaba apoyado, recordando el ajetreo y la vida que antaño tuvo ese habitáculo. La mirada fija en una esquina de la habitación, en la cual, casi no se distinguía la forma de un sofá, la sombra lo envolvía, pero en su mente se veía a sí mismo flirteando en él con varias mujeres que le reían las gracias y preguntaban por las batallas e historias que en ese hotel habían ocurrido.
De repente una joven entro por la puerta, era esbelta, con una larga melena ondulada de color chocolate, nada mas entrar en la habitación, su olor, un olor dulce, afrutado y seductor lleno la sala. El hombre salio de su ensimismamiento y compuso una de sus sonrisas mas radiantes:
-¿Quería una habitación, joven damisela? No se si tendremos libre alguna tan lujosa como usted se merece, déjeme comprobarlo en el libro de registros.
La joven, con tono de preocupación y una expresión triste, contesto:
-Padre, ¿Otra vez se te olvido tomar las pastillas?, venga conmigo. le daré su medicina.
-¡Nooo!, eres una enviada del encargado del hotel de la esquina para drogarme y que pierda mis clientes...¡No te seguiré a ningún lado!
Entonces, la joven cuya belleza se vio apagada tras escuchar esas duras palabras, cogió el teléfono e hizo una llamada:
-Sí, sigue igual, tal vez peor, hoy no me reconoce y piensa que regenta el hotel de nuevo, cree que soy alguien que viene a drogarle... no se que hacer...¿Puedes venir para intentar convencer a papa de que se tome las pastillas?...Gracias.
Mientras hablaba con su hermano, las lagrimas empezaron a brotar y deslizarse por su piel dejando un río de dolor que se quedaría marcado incluso después de que se secara la cara. Sus ojos verde esmeralda, se rodearon de un rojo que mostraba el dolor que aquellas palabras le habían hecho. Salio de la habitación y espero.
El hermano mayor llego, y entre negociaciones para pasar la noche en una habitación inexistente y unos cuantos minutos de charla amenizada con unos vasos de una botella de vodka, que en verdad era agua con la que habían rellenado la botella que hacia años que no contenía ese líquido alcohólico, consiguió que su padre se tomara las pastillas y se fuera a descansar.
Entro entonces en un sueño en el que sobre una cama, tapado con unas sabanas, se imaginaba regentando un hotel en una época en la que los caballeros matadragones llegaban allí para descansar de sus duras batallas y le contaban sus aventuras. Esas mismas aventuras que después contaría él a las jóvenes sentado en un sofá a la luz de las velas.
Otro día había pasado, sumido en un baile que Morfeo había compuesto para él, un baile tan complejo que lo embarcaba en una aventura que duraba tanto sus sueños como sus vigilias.
Maldito Morfeo que quiso escribir con este pobre viejo la mejor historia de aventuras que jamás nadie podrá contemplar y que con ella hizo olvidar todo lo que un día fue, su vida y su familia.

NO Podemos

Esto debería ser la entrada de los Emmys y lo horteras que son los famosos y demás, pero he estado más liada de la cuenta y aún la sigo preparando, llegará.

Lejos de ser la entrada dicha anteriormente, es una entrada con rabia, con indignación, porque estoy harta y cansada de que digan que los jóvenes somos unos conformistas, que nos acomodamos y que no luchamos por nada. Que somos la generación NI-Ni.

Os pongo en situación:

Ayer, una conversación de un grupo que estaba tomando café,( puede sonaros porque seguro que más de uno la habréis oído a mucha gente, en su mayoría personas de una cierta edad), se puso a hablar de la barriga de una de ellas, que está de cinco meses e intentaban alentar a otra, (29 años) de que ella debía ser la próxima y que no tardase mucho porque la embarazada con 30 tuvo a su primera hija y otra por el estilo y que no podía esperar.
La chica, vive con sus padres aún y aunque tiene pareja, de momento viven casi juntos, pero no del todo, no comparten gastos, ni se enfrentan a verdaderos problemas de convivencia. Ésta decía que aún no, que ni siquiera vive fuera de su casa, que no podía.
A todo esto llegó un señor de 59 años que venía a decir que él llevaba trabajando desde no sé cuando y que con 24 se casó y con 25 estaba trabajando y que ahora no queremos irnos, que estamos muy a gusto en casa, y somos muy cómodos.

Las dos que rondan los 40 decían que eso no era del todo cierto, que sí es verdad que somos cómodos y que hacemos poco, pero que ellas por ejemplo antes de terminar la carrera ya tenían trabajo, y que ahora es más difícil, pero que que lo queremos todo.

La pobre a la que querían hacer madre, decía que ella no ha empezado a cobrar un sueldo decente hasta este año, y que antes estaba pagando un coche con un sueldo pobre, que no le daba para mucho más.

Pues bien, al señor de 59, a las de 40 y a todo el que vaya a hablar antes de saber, le sugiero que se meta un puño en la boca y se lo muerda mientras.

Yo terminé la carrera haciendo trabajos de azafata, de modelo de peluquería, dando clases de inglés y cuidando niños para sacarme algo de dinero y no pedir, o pedir poco a mis padres; tuve suerte y al mes de acabar la carrera estuve trabajando de monitora en un colegio cobrando poquísimo, y dejé de pedirle absolutamente dinero a mis padres, que ya bastante me pagan la casa y la comida.
Al año siguiente encontré por mis propios medios un trabajo "de verdad" en el que cobro una mierda igualmente y trabajo 40 horas semanales cada vez adquiriendo más responsabilidad y teniendo más volumen de trabajo. Me pago la academia de inglés y todo excepto la casa y la comida.

Y puedo asegurar que con lo que yo cobro, o me voy a un piso compartido, cosa, que verdaderamente no me apetece llegada a una edad, porque no tengo ganas de tener que aguantar gente que para eso vivo con seis personas, o no puedo irme sola, ni con mi pareja que está pagando un coche, y el sueldo de los dos para un piso medio decente, facturas, gasolina, comer y algún imprevisto no nos llegaría, y en caso de hacerlo estaríamos frustrados porque estaríamos muy limitados para todo. Esclavizados en los trabajos para vivir.

Me disculpen los que crean que pedimos mucho, solo pedimos un salario decente, que nos dé igual que les ha dado a ustedes para tener una vida digna, poder formar una familia y poder plantearnos eso de la independencia, que en mi caso, puedo asegurar que la necesito.
No quiero estar en mi cas hasta los 30,  ni mucho menos, pero mientras, sigo trabajando y ahorrando, para el día que crea que puedo dar el paso no tenga que volverme a los dos meses y que tal y como está el panorama laboral, pueda hacer frente si el día de mañana, me echan del trabajo.

Creo, que no es una locura, sino sentido común, que nos ha tocado una etapa cómoda y de avances en cierta medida, pero por otro lado, complicada, mucho y eso, es lo que no terminan de ver muchos de los que nos dicen ésas cosas.

Y hablo en primera persona, pero podría hablar en muchas, por ejemplo las que escriben en este blog, o la mayoría de las que me rodean. Y sí, vagos hay en todos sitios, pero no generalicemos.

Siento haberme alargado, pero es que me llevaban los demonios.

Con cariño especial, al señor de 59 que cobra unos... 3000 euros muy tranquilamente al mes.



Sueños de libertad.

Sombras 
es lo que veo a través de unas verjas,
alimentadas por una luz que proviene de la luna y de las estrellas,
luz que titila como guiñándome y me hace cómplice de algo que no llego a comprender,
pero que por eso mismo me atrae hasta límites inimaginables.
Límites que uno se impone y que en realidad no existen,
al igual que las verjas,
 que impiden que baile con las sombras que se mecen al son del viento
con movimientos cautivadores.
Movimientos que me transportan a un sopor al que caigo y donde los límites se olvidan,
y por fin soy libre.

He vuelto


He vuelto, pero no como la canción esa de El Barrio que he escuchado entre mil y dos mil veces en la última semana; he vuelto de las vacaciones.

He vuelto al fresquito de Córdoba, que oye, dicen que no ha estado haciendo calor, me debía estar esperando a mí. Y bueno, no es que haya hecho nada súper interesante, no me he ido al extranjero (ni a Portugal y eso que lo tenía al lado), ni me he acostado a las 9 de la mañana, que por otro lado lo agradezco. Pero quizás os pueda contar algunas cosas de este periodo de no venir a trabajar.

Cosas como salir el viernes de trabajar e inaugurar tus vacaciones y encontrarte a gente del trabajo con cierta responsabilidad, digamos con alguna cerveza, o muchas de más, Que eso está bien, pero lo malo es que te paren en mitad de la calle y se les vaya la olla charlando como si fueras su mejor amiga.

Como irte a Benalmádena temprano, parar en Málaga a desayunar porque no llevas prisa y lo que vas a coger es el cercanías, y que tarden una hora, en servirte el desayuno (Cafetería Sabora, al salir del vialia como para la estación de autobuses, cero recomendable). y ya te pongas de mala hostia.

O ir a un bar de tapas y que te pongan las papas bravas más picantes que hayas comido nunca y termines diciéndole al camarero que eso no se lo come ni él, y que sí, te dé la razón. Creo que si lo pienso aún me pica la lengua.

Puede que una de las cosas que no se me olvidarán es que tuve una boda, fue estupenda en todo, pero hacía calor que se m caían goterones de sudor hasta por las piernas, es lo que tiene casarse en agosto en Córdoba, que lo normal es que te toque un día absolutamente calorífico.

No me olvidaré que nos fuimos a Huelva en tren para ir a Isla Cristina, pedimos ayudan en Renfe, porque mi abuelo está mayor y le cuesta andar, en Córdoba genial, pero en Huelva, me hubiera dado tiempo a bajar a todas las personas de una en una antes de que viniera el señor de Atendo. Y allí estaba yo, con mis dos abuelos, cuatro maletas y andando a 20 cm por segundo.

Mi abuelo bebiendo sorbitos de gin tonic y diciéndole a mi abuela que era tónica en el chiringuito de la playa...

Fiestas que duran más de 12 horas y al día siguiente más, mi casa que era lo más parecido a una casa de acogida, siempre había gente que no vivía allí y lo mejor es levantarte por la mañana y no saber a quién vas a encontrarte para desayunar...

Por lo demás, vacaciones normales, descansando, leyendo, en la playa y con mucha gente.

Estamos preparando septiembre, ya queda menos para volver a juntarnos, y pienso eso porque cuanto más ocupada esté menos me acuerdo de que he vuelto, a la rutina, al trabajo, a lo mismo de siempre, aunque a veces, es necesario.

Los 40 Principales

Es curioso cómo las nuevas tecnologías dejan a la gente atrás por nosotros. Me explico: hablas, hablas y hablas con alguien, y de repente el silencio. Ese silencio, que en la era pre-whatsapp pasaba desapercibido en la naturalidad de dejar de ver a ese alguien, ahora queda materializado en una lista de contactos viva, que se mueve, enseñándote la distancia marcada con cada persona de una manera física. Caemos -o caen- como las canciones de los 40 Principales.

Tenemos un Top Ten de la gente con la que nos relacionamos, a veces se cuela algún intruso, pero normalmente el Top Ten se mantiene. Por lo general, ese intruso, invitado, huésped o joven promesa –eso ya dependerá del tipo de contacto- puede llegar a cambiar hasta los emoticonos favoritos, dejando al descubierto qué tipo de intruso es, exponiendo a cualquier curioso con acceso a tu móvil tu vida privada.

Pero todo vuelve a la normalidad, como esas listas musicales. Al final permanecen los clásicos, los de siempre, y las novedades quedarán como aquella canción que dio el pelotazo aquel verano tan genial como lejano y de la que solo recordamos el estribillo.

Chiclanan Horror Story

Los estertores de la nocturnidad proclamaban la llegada de un nuevo mes al calendario. 31 de julio de 2014, 23:59 horas de la noche. En un no tan apartado patinillo de una bonita pero repleta de escalofriantes secretos urbanización en la zona costera de Chiclana, se reúnen un dispar grupo de jóvenes entre los que no me incluyo, y un viejo, yo, provenientes de diferentes puntos de la península ibérica, contando con un total de 10 componentes a dividir a partes iguales entre hembras y varones. Si nos organizamos bien follamos todos, pensé yo, pero el cobrizo reflejo que descendía de las nubes sobre nuestras cabezas tenía otros planes para nosotros.

La noche se presentaba de un rojizo burdeos que sólo las féminas presentes en la reunión lograban calificar como tal, y que los más hombríos de nuestra humilde congregación definían como: "iyouu, ¡no está feo el cielo ompare!". Los temas de conversación debatidos en la mesa recorrían el amplio abanico que va desde la visión de fantasmas en el pasillo de casa por un asustado niño de 10 años, hasta la visión de una sóla persona en el mismo pasillo de la misma casa por el mismo niño que ya no estaba asustado porque ya no tenía 10 años y que por ello miraba al fantasma diciendo bah, qué pesao eres blancucho de mierda. Bueno, quizás los temas de conversación no eran demasiado variados, pero qué otra cosa podíamos hacer estando frente a una vela ahuyenta-mosquitos que se debía haber quedado sin pilas presidiendo la mesa junto a una cruz de romero verdadera fabricada por el abuelo del niño que veía fantasmas en el mismo pasillo de su casa sin darse cuenta que en realidad estaba mirando por la ventana trasera de su habitación que da al callejón de entrada al Centro de Rehabilitación Lindsay Lohandejado Oloestánintentado. Si os soy sincero, yo tampoco soy capaz de leer esta parrafada de un tirón sin asfixiarme. Al igual que tampoco fui capaz de entender en toda la noche el significado de "cruz de romero verdadera" ¿Acaso las hay de mentira? ¿Deben tener las cruces de romero unas dimensiones y proporciones exactas para ser de verdad? Porque de ser así debe ser bastante complicada la fabricación de dichas cruces de romero verdaderas, ya que ninguna de sus cuatro partes eran simétricas. 

Los minutos corrían despavoridos como jóvenes titulados en busca de un futuro fuera de España. Se acercaba la hora de la verdad, en la que poner a prueba los nervios de acero de nuestra estructura molecular. Más nerviosos que Pepa Pig en el día de San Martín, nuestros aventureros amigos miraban sin parar el reloj a la espera de la llegada del undécimo en discordia, el que le diera sentido al adjetivo calificativo que he usado al principio para describir el grupo: dispar. El cada vez más colorado cielo nos invitó a abandonar nuestra terrorífica desventura con un par de gotas insignificantes. Creo que esa noche el cielo estaba puesto a dedo por Fátima Báñez, ya que sus medidas de creación de miedo eran similares a las de creación de empleo de nuestra afrankensteinada ministra.

Mientras los minutos pasaban y pasaban, nuestra compañera babosa Soraya nos deleitó con las inverosímiles historias de Iome Kanont Uscastas, la niña medio francesa medio congoleña del sur que habitaba en el pozo de su sótano. Sí, inverosímiles ¿cómo me las voy a creer Soraya? ¿quién coño tiene un pozo en un sótano en el que vive una niña que lleva como nombre un chiste malo de Yo me cago en tus castas?

En esto que se empiezan a escuchar ruidos dentro de la casa. Un incesante tintineo de llaves, un no parar de pasos de pies pequeños pero musculosos, un caudaloso chorro de algún líquido de alta fluidez cayendo interminable sobre lo que parecía ser un depósito de heces humanas.
De repente todo quedó en silencio, un cuerpo se movió en la oscuridad dejando entreabierta la puerta del baño, permitiéndonos vislumbrar las femeninas formas de la sombra proyectada por la luz proveniente del ojo de buey que coronaba la ducha. Finalmente el cuerpo hizo acto de presencia: era Nuria, había ido a mear.

Tras el primer susto de la noche aumentaron las ansias de los cuerpos carnosos por la espera del úndecimo en discordia. Una de las compañeras sacó una bolsa de pipas de girasol tostadas y aderezadas con más sal que el culo de un bebé tras cuatro horas de playa. La chasqueante rutina del coger una pipa, morderla y sacar el grano con la puntita de la lengua pareció tranquilizarnos pese a todo. El cielo, tras su parón de hora y media para el desayuno (¿veis como era funcionario?), intentó de nuevo hacer como que nos mandaba a casita para que tita Fati no se mosqueara. Estas nuevas gotas no venían solas. Su leve caer húmedo los sorprendió con la llegada de Carlos, el esperado, y su gran alteración etílica. De nuevo el cielo volvió a fallar en su labor.

Una vez todos reunidos, la tensión existente disminuyó hasta los límites del aburrimiento de tal forma que, con el correspondiente decrecimiento en la respiración de nuestros protagonistas, provocó un cambio en la presión que soportaba la disfuncional vela anti-mosquitos, haciendo que ésta se apagase ipso facto. Los efectos de este inquietante suceso podrían haber sido descritos por Stephen King a la perfección, elucubrando sobre todas y cada una de las caras de espanto y terror dibujadas en cada uno de los allí presentes mientras el humo de la vela ascendía humeante, que para eso es humo, hasta diluirse en el cargado aire del crepúsculo. Pero no, lo he escrito yo, y no me negaréis que ha quedado bien.

Puesto que la esperanza es lo último que se pierde, y el nuevamente acojonado grupo de amigos aún creía en la eficacia de la vela para quitarles de encima a los molestos mosquitos, volvieron a encender la vela, y cuál fue su sorpresa cuando vieron atravesar de lado a lado de la casa una misteriosa sombra misteriosa. Sí, era misteriosamente misteriosa. Se deslizaba cual sábana al viento sobre el suelo, los pasos de la sombra por las salas contiguas al salón eran inaudibles, pero no así lo eran los metálicos sonidos que nos avisaban de su aparición. O la caída de objetos al suelo tras un tenso silencio. O el fluir de grifos abiertos simultaneamente. Sólo faltaba oír el intermitente botar de una pelota o canica por las escaleras y más de uno habría tenido que tirar su ropa interior a la basura.

Nuestros valientes cagaosdemierda feos amigos no parecían salir de su asombro. El cielo permanecía del mismo color, imperturbable, nublado como él solo. La noche había devorado todo ruido proveniente de cualquier lugar ajeno a la casa (exceptuando los bostezos del sobrino ministerial de rojo). Mientras tanto, la sombra seguía jugando con la imaginación del que cree que una cruz de romero verdadera, ahumada por los vapores del pestoso producto químico de la vela, podía provocar la aparición de fantasmas en casas. Vagaba la sombra por la casa, movía llaves, tiraba objetos al suelo, jugaba al abrir y cerrar de puertas, e incluso se atrevía a reproducir una suerte de escalofriante risilla pueril, acompañada por un chirriar de pies por el suelo. Sí, los pies chirrían, sobretodo cuando llevas suelas de goma en las zapatillas. Iiiiiiihhh. Exacto, ése sonido, ¿jode eh?

Con más temor a la bronca de su madre que al propio fantasma en sí, el más valiente de todos se atrevió a entrar en casa. No le quedaba otra, era la suya propia, y al resto de compañeros les sudaba tres carajos que el fantasma se quedase allí esa noche o el resto de su vida muerte. Las niñas aterrorizadas no se atrevían a mirar por la ventana, los niños, borrachos perdidos, no paraban de hacer ruidos con la boca y murmurar entre susurros las típicas frases rancias tales como pásame'lporro, cogedlo ahí, é un fistro de fantasma duodená, la maté'nagosto la caló apretaba.

Sin nadie esperarlo, una frenética risotada sonó histérica desde el interior de la casa. Jorge, el aventurero dueño de la casa, había visto algo, no sabía el qué, pero no podía parar de reír cual poseso por el espíritu raggatanga. Todos le observaban perplejos, los ojos fuera de las órbitas y la boca desencajada en un gesto de descojone máximo. Volvieron a sonar llaves, a caer objetos, grifos abiertos y pasos apresurándose a la ventana. ¡Dani para ya!, gritó Carlos, el undécimo en discordia, ¿pero cómo voy a ser yo, gilipollas, si estoy escribiendo? dije yo. Cuando de repente, ¡BLAM! un palo de escoba golpea fuertemente la ventana a la que estaban todos asomados. Todos se apartaron de un salto enorme hacia atrás, las niñas presentes gritaron de terror, los niños se hicieron los duros mientras se sujetaban algo por detrás del pantalón con las manos, nuestros babosas allí presentes estaban cada uno en una punta del patio: Soraya agarrada al árbol rezándole a Iome Kanont Uscastas, Nuria meando de nuevo en el arriate más alejado del patio, y yo, Cobacho, escribiendo esto: esto.

Cayó la escoba de la ventana, y tras una risita de niño chico, empezó a surgir de debajo de la ventana lo que parecía una bragafaja color carne de la talla XS. Conforme la bragafaja subía, nuestros compañeros se alejaban más y más de la ventana, cuidadosamente, sin movimientos bruscos, no vaya a ser que una bragafaja color carne de la talla XS los viese moverse con sus inexistentes ojos y les diese un bocado con su inexistente boca. Qué le vamos a hacer, el miedo es irracional. Y mis amigos medio carajotes.

Se escuchó un golpe alejado, todos desviaron la mirada de la ventana un instante, y al volver a ella, ahí estaba la imagen, impertérrita, impermeable, impersonal. No era una bragafaja color carne de la talla XS, no. Era la rodillera que está usando nuestro amado Cobacho para su esguince leve de rodilla y, como no podía ser de otra forma, la portaba él mismo en la cabeza. Tras un primer segundo de estupefacción, le siguieron los hijodeputa, lo sabíamos, qué cabrón, sabía que eras tú desde el primer momento, pronunciados por nerviosas caras mientras se deshacían de las heces ancladas a la pernilla del pantalón.

Sí, sí, todos sabíais que era yo, pero aquí huele a caquita, chavales.

Disfruta

“Tú te consideras un espíritu libre, un ser salvaje y te asusta la idea de que alguien pueda meterte en una jaula. Bueno nena, ya estás en una jaula, tu misma la has construido y en ella seguirás vayas a donde vayas, porque no importa donde huyas, siempre acabarás tropezando contigo misma.”

Esta parrafada le soltó Paul Varjak (George Peppard), a Holly Golightly (Audrey Hepburn) en Desayuno con Diamantes.

Cuánta razón. No nos damos cuenta, pero a cada golpe que nos da la vida respondemos con un escudo más grande y más fuerte que el anterior, aislándonos de nuevos golpes –y dolores- pero también de experiencias, de gente que nos quiere, en definitiva, de la vida.

Y es que la vida hay que vivirla, según nos apetezca, obviamente. Es como conducir: puedes ir a 80, sin correr riesgos, sabiendo en todo momento qué curvas vas a tomar, a dónde vas a llegar y a qué hora; o a 200, con la adrenalina y el miedo del multazo que te puede caer, el riesgo de hacerte puré pero, a cambio, disfrutando cada segundo de esa sensación de riesgo, de libertad.

Cada uno es libre de vivir como quiera pero lo que nunca, nunca jamás, deberíamos permitirnos, es bajar la velocidad a la que nos gusta viajar sólo porque una vez –o las que sean- nos salimos de la calzada con consecuencias nefastas. A fin de cuentas, tenemos que disfrutar el viaje.

El sentido de las palabras y su caducidad en potencia.

No nos estamos dando cuenta, pero las palabras están perdiendo su significado.

Si no su significado, al menos su sentido. Ya nadie se hace responsable de ellas. O muy poca gente lo hace, por no generalizar demasiado.
La cosa es que vagan solas por doquier, abandonadas al entendimiento ajeno al que las pronuncia, despojadas de toda definición o intención que el interlocutor les haya querido imprimir.
Porque no hay persona, o, para no generalizar en exceso de nuevo, muy pocas existen, que hablen con sentido de causa. Tú dices algo queriendo dar a entender otra cosa. Y no te das cuenta que yerras en tu explicación hasta que la persona que se encuentra escuchándote frunce el cejo. "A ver, no me has entendido". No, de eso nada, prueba primero siempre a decir "Lo mismo no me he explicado bien" y ya si su cara de cincunspección persiste tras una segunda explicación, con palabras diferentes, claro está, cúlpalo a él, o ella, de no entenderte.
Después está la ausencia de toda responsabilidad por nuestra parte al hablar de algo. Habréis escuchado, supongo, eso de "soy esclavo de mis palabras y dueño de mi silencio". Y razón no falta, ni mi intención es demostrar lo contrario. Me atrevería a decir que nos arrepentimos más de lo que nos gustaría aceptar de las palabras que soltamos. Y me atrevería a decir que este arrepentimiento aparece en el momento instantáneo de soltarlas. Pero, ¿de qué sirve arrepentirnos de nuestras palabras, ser esclavos, en definitiva, de ellas, si luego no aceptamos ni cargamos con la responsabilidad que conlleva no haberlas elegido correctamente? No hay que indagar mucho para ver una infinidad de ejemplos:
Durán i Lleida: Si hubiera financiación irregular, yo debería pedir perdón y yo debería dimitir.
Mª Dolores de Cospedal: Si el PP tuviera cuentas en Suiza, ¿a que yo habría tenido que dimitir?

Y creo que podría seguir incluyendo ejemplos únicamente con la palabra dimisión. Pero no es mi intención cargar esto con citaciones. No vaya a ser que se me escape algún (Fin de la cita).

Aceptadlo, no sois, no somos, me incluyo el primero, honestos con nosotros mismos. Y por ello no podemos ser honestos con nuestras palabras para con los demás. Algunos lo llamamos (exacto, yo el primero) contradicciones, cuando en realidad son faltas a la veracidad de nuestras palabras o afirmaciones. No es que nos mintamos a nosotros mismos y, por ende, a los demás. O al menos no tiene porque ser eso. Puede ser simplemente una falta de seguridad en nuestros pensamientos que, al exigirnos nuestro alrededor siempre unas aclaraciones o sentencias firmes, hace que nos decantemos por una opción u otra sin estar del todo seguros de querer esa opción. Esto no quita las duplicidades en nuestras aseveraciones, decantándonos por negro azabache para según qué personas o situaciones, y por un blanco impoluto para otras. Mientras no descubras estas dobles vistas/miradas en una persona, todo irá sobre ruedas. Ella te mostrará la cara que quiere que veas, la que intuye te satisfará más, ocultando su cara B. El problema viene cuando descubres esa cara oculta. Ahí es cuando ocurre lo que decía al principio: las palabras pierden su significado. Al menos para ti, ya que en dicha boca no había sentido alguno al darle ese doble sentido intencionadamente. Lo primero es perder la confianza en sus palabras, en lo que esta persona dice. Y esto es lo que conlleva a la pérdida de sentido y/o significado en ellas. Te encuentras, entonces, de bruces con el religioso refrán de "A Dios rezando y con el mazo dando" y ya ni te crees el rezo ni el mazo.

Esto es una putada. Si no podemos confiar en las palabras por su falta de fuerza y seguridad en su significado implícito, usando el lenguaje como herramienta fundamental e imprescindible para todo, ¿en qué podemos confiar, pues?

Desigualdad consentida

Buenos lo que sea, días para mí.

Hoy vengo a quejarme, y sí quizás sería más propio hacer esto un lunes, pero me está tocando un viernes porque, casualidades de la vida (o causalidades diría yo), en esta semana he escuchado esta conversación varias veces y ya estoy un poquito harta.

¿Cuál es el tema? La desigualdad, pero si cabe centrándome en los hogares, y más concretamente en los españoles.
¡Qué topicazo! ¡Vaya tela! Sí, pensaréis todas esas cosas y que no os voy a contar nada nuevo. La verdad es que no lo pretendo, ya he dicho que voy a quejarme, que me hierve la sangre.

Os pongo en situación. Ayer mismo estaban unos compañeros tomando café cuando entramos a trabajar por la tarde, charlaban y una cosa llevó a la otra hasta que al final llegaron al tema hijos.
<<Mi hijo acaba de cumplir 18 y se va a sacar el carnet, pero le he dicho que ése es su regalo de cumpleaños porque ya está bien tanto gastar, el otro día para san Juan se fue a Benalmádena y otra vez dinero y claro...>>
Lo que el hijo el susodicho llegara o no a gastar me importó poco, pero eso llevó a lo que quiero contaros, empezó el hombre a decir que encima que se lo das todo ni ayuda en casa, que si cuando cena se puede dejar algo encima de la mesa sin recoger, lo hace y que ni estudia ni hace nada; que menos mal que no es como su hermana, que es bastante más responsable y que ayuda algo más.
También decía que él en casa no ayudaba mucho porque entre el trabajo y cuidar a su madre tiene poco tiempo y que su mujer no trabajaba, pero que cuando está en casa de su madre, limpia y hace las cosas de la casa, pero que su hijo, es que se va y nada, que no hay manera.
Los comentarios que escuché no tenían desperdicio, gente mayor y no tan mayor diciendo que en su casa tampoco habían ayudado nunca, algunos tuvieron que aprender al independizarse, pero otros no, y defienden a capa y espada que sus hijos, no lo hagan, pero que sus hijas sí, que tienen que aprender.

Esto me retuerce las tripas, no hay duda que me mordí la lengua por no empezar una conversación y alterarme, pero lo peor no es que padres que han sido educados de cierta manera no defiendan que sus hijos no hagan ni la o con un canuto. Para mí lo peor de todo es cuando MADRES  y lo pongo bien grande, señoras que han sido humilladas, ninguneadas, a las que poco más que limpiar, coser y estar en su casa las han dejado, tengan tan poca ambición en la vida, tan pocas ganas de vivir y de luchar y dejen a sus hijos hacer todo y no dejen a sus hijas hasta que no limpien. 
Eso no es justo, pero no defiendo a las mujeres en este mundo injusto en el que seguimos viviendo, sino que lo que no termino de entender es que haya en pleno siglo XXI señoras que sigan dejando que no se les valore como es debido. Que hagan de sus hijos unos inútiles, defiendan que no deben hacer nada, pero que también hay que dicen que sus hijas tampoco deben, para no ser como ellas.

Entonces, hombres que se quejan pero no dicen nada a sus hijos para que ayuden, mujeres que o bien no quieren que sus hijos sean como ellas, o que solo enseñan a las niñas, porque los niños hombre...es que está feo.

La desigualdad no es solo entre hombre y mujeres, que eso es obvio, es entre madres y el resto del mundo, porque se les ha infravalorado, se les ha despreciado y lo han asumido tanto, que al final lo consienten, pero es el momento de despertar, o creo que si fuera yo, lo haría.

¡¡Oh, probrecitos los niños, se vayan a quebrar si hacen algo!!

Más imponerse y obligar a hacer cosas que todos y todas lo agradecerán antes o después, porque todo lo más que puede pasar es que en unos años sigamos igual y sean ellos/as los que tengan el papel de madre esclava y se arrepientan entonces.




¿Qué somos?

Finales de cosas.
Cosas que son,
y otras que eran.
Algunas que podían haber sido,
o nunca fueron.

La luz que te alumbra,
o te alumbraba.
Tal vez te alumbrara,
o nunca llego a alumbrarte.

Cosas que quisieras recuperar.
Otras que sobraban.
Tal vez nunca las llegaste a tener,
o nunca las llegaste a conocer.

Cosas que te gustan.
Y otras que no soportas.
Unas que amas,
y otras que odias.

La vida en una lista de cosas.
Cosas que se oponen unas a otras.
Cosas que cada uno decide donde poner.

He ahí donde nos diferenciamos.
En nuestras elecciones.
Nuestros gustos y decisiones.

El presente, pasado y futuro.
Qué somos y en qué nos convertimos.

Cádiz, las clases y los amigos.

Hoy recibo las notas de mi primer curso de Dirección de Cocina. Y viendo que no se si estaré aquí este verano (todo depende de si encuentro trabajo) pues quiero hacer una entrada para homenajear estas tierras que me han aportado tanto, estas tierras en las que te puedes perder entre rayos de luz reflejados en el mar, espuma de las olas entre los dedos de tus pies y una brisa que es tan odiada como amada.

Pero este homenaje debe ser más que a esta tierra, a sus gentes, y en concreto a estas personas que me han aportado muchísimas cosas desde que llegue, a mis compañeros de clase, aunque algunos más que compañeros son mis amigos. Estos con los que hemos pasado las quiñonadas*, con los que me he reído hasta llorar y con los que he pasado un curso de escándalo. A todos ellos, incluso a los que apenas veía les quiero dedicar esta entrada y sobre todo darle las gracias por todo.


Por último no puedo terminar esta entrada sin hablar de mis hermanos del fifa, esos a los que les arrebato unos puntillos decisivos que hacen que no ganen la liga. Esos con los que he pasado los mejores momentos y que son los que hacen que no pueda arrepentirme de estar aquí. Y sé que estaréis pensando que esto es una moñería muy gorda, tal vez lo sea, pero si no os gusta os podéis ir al carajo. No puedo terminar este texto sin despedirme de mi “compañero de piso” según Manuel… espero que te escojan en Málaga hermano y que sigamos en contacto, porque dentro de unos años quiero ver cómo me dices que tienes ya una plaza fija de profesor y le has dado biberón en boca a todos los que se presentaron XD. Un abrazo mu grande, eres un crack de los que no abundan chef Coronado. Se te echara de menos, pero hoy fiestón de los buenos para darte una despedida como te mereces.

Vamos que nos vamos weekendbeach!!!!

Chavales, todos los babosos nos vamos a pasear nuestros bonitos culos por Torredelmar, posiblemente bastante sucios de sentarnos en el suelo, ya que ¡nos vamos de festival!
Vamos a ver, la lista de imprescindibles...

- Tienda de campaña.
- Saco/estera/colchón inflable.
- Candado para evitar robos.
- Tinto (para todos).
- Cerveza (para todos).
- Ron (para Cobi, Jesús, Eva, Isra y tal vez Nuria).
- Ginebra (para Ire).
- Whiskey (para mi).

Vale, estos son los imprescindibles... Todo lo demás se puede prescindir.

Nota 1: No necesitaremos condones porque nadie va a ligar.
Nota 2: Si se os ocurre algo más, ¡comentad!

Olvidos 2.0

Hello everybody!! (Que se note que la mitad de nosotros estamos preparándonos exámenes de inglés)

As you know, o como sabéis, porque es obvio, estamos en la recta final el curso, para los que estudian, para los que trabajamos nos queda un poco más para las vacaciones, pero estamos igualmente ocupados, porque es Mayo Cordobés y hay muchas cosas que hacer en muy poco tiempo.
Por cierto, el viernes empieza la feria, podéis venir tranquilamente a echar el fin de semana, o un día, tenéis hasta el día 1.

Y después de esta propaganda y disculpa por la ausencia, os contaré lo que me pasó el jueves, sí, se volvieron a olvidar de mí. Sí, mi madre y me dijo el viernes "luego encima lo contarás en el blog" y sí, aquí estoy para contarlo porque es que me sentí muy abandonada.

los jueves voy a la academia de inglés y salgo a las 21-45, normalmente me paro a tomar algo antes de irme a mi casa; y éste no fue una excepción. Después de estar un rato en la calle y luego empezar a morir de sueño, me fui a mi casa, Paco me dejó en la puerta y subí tranquilamente.
Cuando llego a mi puerta, cojo las llaves, intento meter la correcta en la cerradura y no podía, lo intento otra vez, le doy mil vueltas a la llave y nada. Venga a sacar la llave, mirarla, meterla, zangarrear la puerta y nada. N
NO quería pensar en lo que estaba pensando, pero es que no me quedaban más ideas, alguien, probablemente mi hermano el tonto, se habría dejado las llaves puestas creyendo que yo estaba ya en casa.
Le escribo al whatsapp, lo llamo y nada. Le escribo a mi hermana que suele dormirse tarde, nada. Mi madre...nada, no quería llamar a mi padre para que no pensara que era del trabajo y además estaba roncando mucho y muy plácidamente.
¿Qué me quedaba? Mi hermano Hugo, el pequeño. Y premio, el móvil (que suena igual que el de mi padre) con sonido, así que después de darle indicaciones de que estaba en la puerta de la casa y no del portal, consiguió abrirme.

¡¡¡SORPRESA!!!

Mi madre era la que había puesto las llaves y no me dejaban abrir, otra vez mi madre pasando de mí, luego quiere que no me queden traumas infantiles...

Así que imaginaos, más de media hora intentando entrar en mi casa, sin llamar, que lo podía haber hecho, a casa por no despertarlos a todos, que ya llevaban un rato durmiendo. Matizar que eran las 2, tampoco era una hora muy tardía, pero eso, no era cosa de despertar a todo el mundo.

El viernes le escribí a la señora desde la oficina y se lo dije, por supuesto ni se había enterado ( voy apañá con ella).  Le recordé que siempre me paro, que para qué cerraba, a lo que ella me dijo, nada, que se me había olvidado que no estabas...

A lo mejor es una indirecta, no lo sé, pero la cosa es que sigue olvidándose de mí y anda que no estoy ya grande...

Se ve que hay cosas que no cambias xD.


Pese a todo, seguiré haciendo la misma cosa: lo que quiera.

Chicos y chicas, reconozco que la cago a menudo.

Sí, es una forma muy extraña para comenzar una entrada, pero quiero explicar algo. Me equivoco, hago cosas que están mal, sin saberlo o sabiéndolo. Hago cosas que son malas para mí, o para otros. Generalmente, intento complacer a todo el mundo hasta que exploto, entonces, soy libre. Hoy, quiero defender a la persona realmente libre.

Pensad, por un momento, en la persona "perfecta". Nunca se equivoca, nunca hace nada malo, nunca bebe, nunca hace daño a nadie... Lo podemos resumir en "nunca ríe, nunca llora". Eso, amigos, es algo muy feo. Para mí es la peor forma posible de vivir la vida.


¿La mejor?

Deslizarse entre marañas de deberes y antojos, cambiar de idea en el último momento aunque alguien se enfade contigo, gastar tu dinero en alguna chorrada y no tener para pagar ese estúpido alquiler después de haber deshecho el equipaje. 

Llorar sin vergüenza con una película sobre el holocausto, sobre la esclavitud o, por qué no, con una película de amor para adolescentes. Beber cubatas justo antes de ir a trabajar. Abrir los ojos a las 14.00 horas. Tomar una ducha cuándo te das cuenta de que realmente apestas.

Salir corriendo para besar a alguien en el último momento. Lamentar no haberlo hecho. Llamar por teléfono a las 05.00. Pasar las horas tumbados en el suelo, porque es lo más fresquito del piso en Agosto. Mirar al cielo, ver una estrella, y cogerte de la mano, ¿te acuerdas?. Yo sí.



Pintura: Mark Tobey

Humanizar y desidealizar

Revuelo total, el mundo está loco, ¡¡la Johansson ha salido desnuda!! Y parece ahora que no hemos visto nunca a una tía sin ropa, pero todos y todas hemos visto a otra mujer desnuda, incluso a más de una y de dos ( en este caso cuentan las pelis porno, venga).

¿Cuál es el problema, por qué ese escándalo?

Algunas personas dicen que no es para tanto, otras que está buenísima, y aquí viene el problema. A las mujeres y algunos hombres, pero más a las féminas, se les, o mejor dicho se nos exige por sociedad unas medidas, un peso, una estatura, que no tengamos celulitis, ni arrugas, ni canas, casi que no respiremos y claro, es tanto a lo que se llega que nos pasamos el día sacándonos defectos.
Lo que pasa es que la mayoría de las veces se nos olvida que las revistas o la tele en las que vemos a tanta tía buenorra, o así nos las pintan,  están retocadísimas con programas de imagen y vídeo, y llegas tú, te miras en tu espejo y dices, ¡puede que reviente en los próximos días! Amén si vas a las tiendas de ropa, échate a llorar porque oscilas desde la 36-40 según donde vayas, ¿y ahora qué?

Nos creemos que todas las mujeres tienen que medir 1,80, pesar 60 kg., tener unas medidas 90-60-90 y no tener una sola imperfección, que es lo que nos venden.  Pero ahora tú ves a la señorita Scarlet, que será muy mona (a mí personalmente no me gusta), muy rubia y muy lo que quieras, pero la ves sin ropa y dices, pues no está tan raquítica como parece, ¡gracias! Yo veo a una tía guapa, con un buen cuerpo, sí, pero no veo a una tía que está buenísima ni es súper exuberante, y diré más para mi gusto hay cuerpos que veis/vemos a diario y son mejores.  Hay que agradecer que la señora no tenga el pecho operado, no sé el resto del cuerpo y que no nos hayan puesto el culo para ver si tiene cartucheras o celulitis.
 
En fin queridas, pensamos que para estar estupendas sobre todo lo que hace falta es mucho retoque, pero en realidad hay que humanizar a las retocadas y ver que al fin y al cabo, con dinero, un preparador físico, un nutricionista, alguien que te haga la comida, que te cuide a los niños, que vaya a trabajar por ti y soporte el estrés continuo de tu día a día es más fácil dedicarse tiempo a una misma y parecer una tía increíble, aunque vamos demostrando que las tías increíbles sois/somos las que hacemos millones de cosas en un día sin ayuda de miles de personas.
 
Quizás el desnudo de Scarlet Johansson ayude a muchas mujeres a ver que ellas son igual de estupendas o más y dejen complejos atrás.

 
 
Buscando información para escribir esto, el otro día encontré una lista de famosas con su altura y su peso y por qué no compartirla con vosotros. Veréis gente que le hace falta comer muchas habichuelas y gente que está bien, pero no olvidéis que la mayoría están viviendo entre billetes y que todo así es más fácil.
 
 
Si queréis haceros una idea os daré mis datos para que comparéis y juzguéis, y no olvidéis que probablemente estéis mucho mejor de lo que veis y de cómo os valoráis, aunque cuidarse y hacer ejercicio siempre es algo que ayuda y sienta bien. Go for it!
 
YO:  1.76cm 68kg, ni tengo una 90 de pecho, ni 60 de cintura, ni 90 de caderas. Todo más.
 
 
FAMOSAS:
 
Katy Perry 1.73 cm 57 kg
 
Shakira: 1.57cm 56 kg.
 
Angelina Jolie: 1.73 cm 58 kg
 
Rihanna: 1.73 cm 64 kg.
 
Lady Gaga: 1.55cm 44 kg.
 
Charlize Theron 1.77cm 62 kg.
 
Por poner ejemplo, algunas tiene un peso más o menos normal, pero medir más de 1.70 y no llegar a 60 kilos me parece casi enfermizo, ni es natural, ni me resulta bonito.  Aparte en las revistas las ponen que parecen saludables, con ese maquillaje y esos colores, si las vierais de diario en la calle, y sin pintar no os gustarían.
 
¡A quererse señoras!
 
Y a los chicos les vale lo mismo, no hay que ser un petado sin cerebro, pero hay que cuidarse, no seamos dejados.
 
=)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 



Resultados encuestas

Como bien prometimos, hoy Lunes de LoqueseaquelepasóaJesucristo publicaríamos los resultados obtenidos en nuestra encuesta procesional, junto con los de las anteriores encuestas.

Empecemos pues con la encuestita organizada por nuestro amado Comich: ¿Cuál es tu pedo preferido?
Recordad que entre las respuestas posibles estaban el Peo con premio y el Peo caldillo, entre otros. Aunque estas dos flatulencias parezcan la misma, la diferencia principal es descomunal y obvia: en uno se pregunta si los peos pesan, por hacer la gracia nada más, y en el otro simplemente sales corriendo mientras intentas taponar la ropa interior apretando con la mano sobre la ropa para que ese hilillo de calor no baje más allá del culo.
Pero no nos liemos más, y sepamos los dos pedos más votados:
Como era de esperar, tras la entrada que alababa las virtudes y los placeres de tirarse un cuesco de silbido nítido y bajotonal, el preferido de Cobacho, Peo Flauta, ha resultado ganador con un total de 5 votos.
Y en segundo lugar, con 3 votos, un clásico, el más común, el que se le escapa a Jezú cuando va en cualquier coche de los hermanos Cobacho dirección Lucena, con todos ustedes, un estertor de peo, ¡el Peo Silencioso!

Segunda encuesta: ¿Qué hizo Perico el Hobbit con el anillo?
Encuesta creada y promovida por nuestro alopécico favorito, no, Coto Matamoros no, tampoco, el de la Fórmula 1 tampoco, que no que Kiko Matam... ¡JEZÚ, ES JEZÚ, JODER! Bueno, pues encuesta creada y promovida por nuestro querido Jezú, en recuerdo de nuestro perdido amigo Pedro, pequeño ser hobbitiano que decidió adentrarse en las oscuras tierras de Sevilla, y allí se quedó, sin dar noticia alguna.
En esta encuesta contábamos con varias posibles acciones tomadas por nuestro compañero para deshacerse (o no) del Anillo Único, entre ellas se encontraba la de ofrecerlo como señal de compromiso a una chavala, pero sabíamos realmente que esa no sería la acción elegida, Pedro nunca nos abandonaría en las frías tierras lucentinas por una mujer...
Bueno, al lío, aquí os dejamos las dos entradas más votadass:
De nuevo con un total de 5 votos contados (me hizo gracia la rima y dejé de contar votos), vuestra elección favorita fue: se lo probó y ¡PUM! se convirtió en Chocapic.

Como en este blog no puede haber encuesta sin ninguna connotación sexual, y como sabemos que eso os gusta, el segundo puesto, con 4 votos, es para la elección más dolorosa: Piercing fálico.

Tras un fin de semana algo movidito, los dos encuestadores anteriores acordaron preguntar a nuestro amado público cuál sería la apuesta perdida por uno de ellos (Carva) en plena apoteosis etílica. Es así como surgió nuestra penúltima encuesta: ¿Qué se apostó La Carva?
Os dimos la opción de votar por ir a clase con un peluquín, salir a patinar por el paseo marítimo gaditano con un tutu de bailarina, o incluso de ir a clase sin pantalones. Nada de eso señores, nuestro querido frentenuca tuvo que darse un bañito mañanero en pleno enero en las aguas de la playa de La Caleta, reduciendo su miembro fálico a dimensiones microscópicas y aumentando el de sus pezones hasta provocar el mayor número de ojos saltados en la historia.

¿Que dónde están los resultados? Ah, pues no sé, nadie se molestó en apuntarlos, así que yo os doy la respuesta verdadera. Total, a quién le importa lo que hayáis votado.

Y por último, la última gran encuesta, la que os dará una idea de por dónde (no) coger esta Semana Santa para (no) encontraros con alguno de nosotros: ¿Qué procesión os gusta más?
Es posible que los pasos procesionales nombrados en la encuesta no sean del todo contrastados o reales, pero es que, a excepción de nuestra Melona oficial, no somos muy... de ver santos (ni de serlo). En este caso os permitimos votar a más de uno a la vez, así que aquí os dejamos el ranking de votos obtenidos:
En primer lugar, con 5 votos, lo que supone un 29% de la votación: ¡SAN JUDAS TADEO JONES!
En segundo lugar, empatados por 4 votos, siendo un 23% de los votos cada uno, 3 pasos:
La Santísima Virgen de Los Santos (Ctra. Córdoba s/n)
San el Viernes Salió y el Domingo Resurrección
La No-tan-Divina Concepción (El Bebé "Simpático")
El tercer puesto, con 3 votos recibidos, es para: El Fujitsu (no queríamos decirlo, pero así llama Jezú a sus gases gástricos)
De nuevo un empate entre tres pasos, con 2 votos cada uno, para el cuarto puesto:
El Cristo de las tres Caídas Fuera de Área
San Pattex: ¡No más clavos!
Buried: El Enterrado
Y para demostrarnos que no nos leéis por nuestra auto-humillación, habéis sido tan amables de no darle ningún voto al último paso procesional: El Humillado Cristo de La Humillación.

Y eso es todo amigos. Gracias a los que votáis, a los que nos leéis, y a los que nos invitáis a chupitos por la calle al grito de: ¡Ehh, sois los del Kilo the Babas! (esto puede no haber ocurrido... aún... cabrones).
Pronto os vendremos dando más por culo con nuevas encuentas.
¡POR CIERTO! Antes de que se nos olvide. Puesto que Jesús es el lector más aclamado, más alabadoseaelseñor, más temido por las empresas de champú, el que posee la entrada con más afluencia de visitas, quiere agradecéroslo con LA GRAN ENTRADA (próximamente en sus pantallas), así que ¡estad atentos!