No contestéis. No aún. Antes me gustaría divagar un poco.
Veréis,
siempre he pensado que nunca nos tomamos en serio esa pregunta. Como
casi todo en la vida, para qué negarlo. Pero no nos desviemos tan pronto, sigamos con la pregunta en cuestión. Cuando nos la hacen, noto que salta un resorte en
nuestra mente con el cartel "No te preocupes, nunca vas a acabar en una
isla desierta, di cualquier gilipollez graciosa para ligarte al
espécimen que tienes en frente". Y vuela la imaginación: que si un pack
de cervezas bien frías, que si una caja de condones "por si acaso,
jejeje", que si a Belén Esteban para practicar el canibalismo y así
asegurarme unos meses de existencia... bueno, mirándolo en perspectiva,
de las tres, la última de ellas es la idea menos descabellada. Sí, que habría que
solucionar un par de aspectos sobre la conservación de su carne. ¿Cómo,
el dilema moral de matar a una persona para tu propio beneficio? No nos
pongamos así, anda, que es Belén Esteban.
A
lo que iba. De ser un estudio realmente sociológico y/u/o psicológico,
todos catearíamos a la primera (si es que un "examen" de esta índole se
pudiese suspender). Bueno sí, se supone que este tipo de cuestiones son
estudios para medir ciertos aspectos de nuestra sociedad y nuestro
comportamiento, y para ver lo ingeniosos que son en el sur en comparación
a los del norte; pero a mí nunca me lo han planteado como tal, sino
como una pregunta para romper el hielo antes de darme mi primer cate en
el colegio, o aquella vez, por ejemplo, que me quedé dormido en las
prácticas de electrometría de la universidad y el profesor de monótona
voz me avasalló a preguntas sobre hipotéticos casos en los que me veía
abandonado y solitario, y en los que, extrañamente, en ninguno de ellos
me era útil la electrometría.
Si
desde un primer momento me hubieran hecho esta pregunta con el más
mínimo atisbo de conocer mis inquietudes, mis fantasías, mis
pensamientos sobre la vacua existencia que nos rodea, o si querían saber
si soy más de montaña o de playa, pues les habría contestado que de
playa. Y respecto a los tres objetos, no sé: una navaja, para cortar
cosas. Cortar cosas mola. Y los otros dos... una libreta y algo para
anotar. Sí, no estaría mal, total, en algún momento el desasosiego de la
soledad y el instinto de supervivencia se harán a un lado para dejar
paso a la necesidad de hacerme una paja. Si dibujo unas tetas será más
fácil.
Y vosotros, ¿qué os llevaríais a una isla desierta?
Un cuchillo, tampax y un libro
ResponderEliminarEl bolsillo mágico de Doraemon y me sobran dos.
ResponderEliminarjajajajajajajajajaja you win this time!
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