“Puedo escribir y
no disimular
es la ventaja de
irse haciendo viejo”
A esta conclusión llegué ayer en una charla
nocturna con algún/alguna amigx por Whatsapp de cuyo nombre no quiero
acordarme que permanecerá en el anonimato (por aquello de la protección de
la fuente y tal).
Caprichos de la vida, o un subconsciente muy puñetero,
me han llevado a escuchar esta maravillosa canción, y recordar toda esa
conversación, de Fito & Fitipaldis.
Y es que resulta que en plena “Era de la
Comunicación” (la de la Información quedó atrás hace tiempo ya, o eso creo)
hablamos con todo el mundo menos con nosotros mismos (quizá por ello surgen tal cantidad de blogs, no
sé). Esos ratitos que teníamos para nosotros mismos se han convertido en
ratitos para hablar con tus amigos “los que están lejos”, para leer chistes
malos en los grupos de Whatsapp (sí Cobacho, esto va por ti) o para ver vídeos de gatitos (que aunque son una
cucada, seamos sinceros, no aportan nada productivo a nuestra vida).
Ya no nos escuchamos y, como no nos
escuchamos, nos tenemos que leer, que estamos más familiarizados con eso al
parecer. La cuestión es que al escribir en un sitio personal, o al hacerlo a
cierta edad, - o puede que sea solo
por la coyuntura personal que en un momento determinado te precipita a ello
-, te sinceras contigo mismx y con el mundo, sin disimular.
Y descansas.
Y aprendes.
Y, lo peor de todo, le coges el gustillo,
aunque eso no signifique dejar de leer los chistes malos.
Ya echaréis de menos mis chistes malos ya...
ResponderEliminarP.S.: suscribo el autodescubrimiento en la privacidad de un escrito propio.
El problema es que a veces nos leemos cuando podemos hablarnos, pero hay otra ventaja cuando lo de hablar se torna complicado, es que cuando leemos nos prestamos más atención, pensamos y reflexionamos y memorizamos mejor.
ResponderEliminarHay que sacarle lo bueno a todo =).