Es
curioso cómo las nuevas tecnologías dejan a la gente atrás por nosotros. Me
explico: hablas, hablas y hablas con alguien, y de repente el silencio. Ese
silencio, que en la era pre-whatsapp pasaba desapercibido en la naturalidad de
dejar de ver a ese alguien, ahora queda materializado en una lista de contactos
viva, que se mueve, enseñándote la distancia marcada con cada persona de una
manera física. Caemos -o caen- como las canciones de los 40 Principales.
Tenemos
un Top Ten de la gente con la que nos relacionamos, a veces se cuela algún
intruso, pero normalmente el Top Ten se mantiene. Por lo general, ese intruso,
invitado, huésped o joven promesa –eso ya dependerá del tipo de contacto- puede
llegar a cambiar hasta los emoticonos
favoritos, dejando al descubierto qué tipo de intruso es, exponiendo a
cualquier curioso con acceso a tu móvil tu vida privada.
Uuuuuuuh entre esto y lo del grupo de antes, se divisan nubarrones!!
ResponderEliminarTopten topten!!!
Precisamente la semana pasada tuve yo esa misma reflexión. Minds in connection!
ResponderEliminarTop10 para la entrada :)
Yo pagaría por no comerme el tarro con este tipo de cosas pero... Qué le vamos a hacer. Somos así.
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