El regreso de KTB

Érase una vez un elefantito con color moradito,
de trompa flexible y tontorrona,
que le gustaba hacer cosas de elefantito con color moradito,
de trompa flexible y tontorrona.

Pasaba con este elefantito con color moradito,
de trompa flexible y tontorrona,
que no le gustaban los cacahuetitos.

Solo le gustaban los pepinitos
y estaba agustito con medio kilito
el elefantito con color moradito,
de trompa flexible y tontorrona.

Vió a una tetorrona con cara guarrona
pidiendo de forma gorrona:
la elefantita con color moradito,
de trompa flexible y tontorrona.

La tetorrona se metió la trompa flexible en el coño
porque llevaba una semana sin follar y no podía resistirse más,
pero como estaba cachonda decidió
tirar de agenda y tener sexo salvaje esa noche.

Y así fue como se reencontró
con el enano que se tiraba antaño,
aquel del falo kilométrico y la cara de Messi borracho.
Una cosa compensaba la otra.

Pero lo que más le dislocaba era el orto.
Ay que decir del orto de aquel enano...
años habían pasado,
centímetros se había dilatado.

En pleno auge neurosicológico,
Te podría decir algo rimado con zoológico
Mas no me gustaría ser repetitivo,
Por favor camarero: un aperitivo!!!

El aperitivo es una fresa,
pero no te confundas, no me la pone tiesa
Prefiero el chupito de Absenta,
Cualquier otra cosa no me interesa.

Y así el elefantito despertó
Triste comprendió que solo soñó
Con una noche babosa
Sin parangón.

5 comentarios:

  1. Jajajajaaajajajjaaj, mejor para cuento infantil no lo dejamos...

    ResponderEliminar
  2. Esto es un poco como los Simpsons...

    ResponderEliminar
  3. La primera etiqueta: "Alcohol" ya lo explica.

    ResponderEliminar
  4. Por qué habéis decidido dañar las neuronas de mi cerebro un tras una, lenta y dolorosamente?

    ResponderEliminar
  5. Dice el elefantito con color moradito, de trompa flexible y tontorrona que le comáis el nabo.

    ResponderEliminar