Este blog nace de la predisposición social inherente a nuestra especie mezclada con una hora de retraso, horario entiéndase, y bañada en un líquido altamente consumido y conocido mundialmente: refrescos. No, alcohol no, no nos lo dejaban entrar en el hostal.
Como no se me ocurre nada más, y esta entrada está unicamente prevista para que pueda darle forma al
puto diseño de los cojones blog, pues paro de escribir.
A partir de ahora.
Ya.
¡Ea, adió!
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