Pffissft.

¿Os habéis parado a pensar alguna vez en la belleza de un peo flauta? Sí, una ventosidad de esas de escapársele a uno en lugares públicos tales como salas de espera del ambulatorio, oficinas del INEM, y/o en puestos de trabajo.
No me hagan mohínes ni me pongan caras extrañas, un peo de esos que suenan con un pitido chirriante, es glamouroso. Y vosotros lo habéis dejado caer alguna vez también, picarones.

Porque sí señores, no es la típica flatulencia sonora y estrenduosa, de las que nos recuerdan a las grandes tormentas de verano, de mucha descarga atronadora y poca agua. Tampoco esos cabrones sigilosos que hacen acto de presencia únicamente en tus fosas nasales. Es un peo simplón, sencillito y breve, que con un poco de suerte puede pasar desapercibido, ya que al chocar con las paredes interiores del orto, ortogonalmente, esto es, con 90º con respecto a la horizontal anal, los flatulentos gases gástricos convierten su pestilente energía en una vibración concéntrica, con punto central en el mismo ojete, que hace silbar a los pequeños pelillos, rizados o no, de las nalgas, hasta desaparecer en el choque de la tela interior de nuestra ropa íntima. De esta forma la transformación de energía eólica es evidente en la pequeña disipación de calor debida al rozamiento de estas ondas.

Sepan ustedes que esto que les digo no es ninguna tontería: el arte de los cuescos es de una complejidad espectacular, no apta para principiantes y personas de alta sensibilidad olfativa en general. Se precisan de muchos años de práctica y dedicación para conseguir uno controlar sus esfínteres en equilibrio con la naturaleza. Quede claro que hasta para pegarse un peo deber ser uno glamouroso.

Si no que se lo digan a Richard Gere, que un día se fue de putas, y ahora echan la película, mínimo, una vez al año.

5 comentarios:

  1. Jajajajajajajajajaja, guarro, más que guarro, cómo se puede escribir sobre eso y darle tan... yo qué sé!!

    ResponderEliminar
  2. Comich tu eres un experto ya que lo se....yo estoy todavía intentando aprender a disimularlos lo que pasa que mis tácticas ya las conocéis..XD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esto está pasando ya de una confianza normal a la confianza da asco, nunca mejor dicho.

      Eliminar
    2. Sí Jesús, tus silbidos no sirven de nada. Y que cierres las ventanas sólo hace que te odiemos un poquito más con cada ventosidad.

      Además, los tuyos no son peo flauta, los tuyos son de los silenciosos hijosdeputa.

      Eliminar
  3. que puercos.... todavía recuerdo esos círculos raros que hacíais mientras caminábamos por Londres... jajajajja

    ResponderEliminar