Os presento a TIKA

Estamos...

Muy pero que muy sensiblones, algunos (carva y gafa)

Violentos y vengativos, yo.

Lejos, Nuria.

Ocupados, Soraya.

Fiesteros, Ire.

Encerrados, Arza.

Recientemente más viejos, Comich.

Perdidos, la enana.

... pero ESTAMOS.

Y, bueno, ahora que estoy a caballo entre Córdoba y Lucena, entre tener casa y no tenerla, entre matar maricones locos o ir al psicólogo, entre la leche con cereales y las tostadas de jamon york (menudo dilema a la hora de desayunar..), voy a aprovechar para presentaros a alquien:

Tika, mi gata.

Si os da la sensación de que en esa foto os mira amenazadora, no os preocupéis, estáis en lo cierto. Si venís a mi casa lo más probable es que primero os olfatee cuidadosamente, luego os haga un ruido parecido a "BBBFFFFFFFFFFFHHHHH" y, seguidamente, os intente arañar o morder. ¿Solución? No meterse en su terreno. ¿Problema?  Se piensa que su terreno es todo mi puto piso. Vale, todo esto suena fatal...

¿Cómo puede un animal como este ser una adorable mascota para mi? Lo es, y punto. Además, en el fondo, nos parecemos mucho. Ella se enfada cuando no comprende que alguien que no conoce le pise lo que ella piensa que es suyo. Yo me enfado cuando (a ver, esta claro que mi capacidad de comprensión está algo más desarrollada, ¿no?) alguien que no conozco, o conozco y no me gusta, pisa  mi terreno, se mete en lo que no le importa, intenta controlar parte de mi vida o de la de mis amigos etc. ¡Igualitas!

Cuando voy a Lucena y me acuesto en mi cama, a los pocos minutos llega ella, caminando con mucho cuidadito con esas patitas peludas, hasta que por fin consigue su sitio favorito: mi barriga. Allí apoya su carita, y se duerme durante toda la noche. Cuando despierto veo esa masa peluda totalmente sopa y siento una ternura muy grande, la acaricio, y ella me lame un par de veces o tres la mano y se vuelve a dormir. ¡Me encanta!

Tika es una gata revoltosa. Se porta regular a veces, pero está claro que ha aceptado compartir su vida gatuna conmigo. A lo que voy... Todos tenemos cosillas buenas y malas, tenemos temperamento. Pero cuando en el fondo nos comprendemos, todo fluye y al final lo que cuenta son los detalles.

¿Qué por qué os la presento? Pronto lo sabréis. Me gusta escribir conversaciones ficticias en plan coña con mis mascotas (antes lo hacía con Cerebro, mi hamster, hasta que murió), y como tendréis pronto una de esas, aprovecho para que conozcáis antes a la protagonista.

¡Buen martes!